La tolerancia, es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras.
En este sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar.
Por ello, la tolerancia es una actitud fundamental para la vida en sociedad. Una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales. Este tipo de tolerancia se llama tolerancia social.
Por su parte, la tolerancia hacia quienes profesan de manera pública creencias o religiones distintas a la nuestra, o a la establecida oficialmente, se conoce como tolerancia de culto, y está estipulada como tal por la ley.
Aprendiendo a ser tolerante:
El ejemplo de los padres es la mejor herramienta que pueden utilizar para inculcar valores en la educación de los hijos. La tolerancia es un valor importante para el buen desarrollo de las relaciones sociales del niño. El niño puede aprender a ser tolerante:
- Cuando sus padres también lo sean.
- A través de cuentos e historias.
- Por las actividades que desarrolla.
- A través de los juegos.
- En la convivencia con los demás niños.
- Aprendiendo a respetar las diferencias.
- Conociendo diferentes culturas.
- A través de los viajes en familia.
- Conociendo los beneficios de la conciliación, de la paz.
- Compartiendo, sin pelear.
- Aprendiendo a no burlarse de los demás.
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